Hoy en día muchos peques sufren esta conocida condición que afecta a la salud de su delicada piel y sus padres se hacen la misma pregunta, ¿puede mi hijo acudir a clases de natación como el resto de sus compis? Y nosotros te decimos: ¡por supuesto que sí! Aunque primero nos gustaría aclarar algunos puntos y darte las recomendaciones necesarias para que todo vaya perfecto. ¿Nos acompañas?
¿Qué es la dermatitis atópica?
Los peques con dermatitis atópica cuando sufren un brote suelen tener zonas de piel muy enrojecidas y sienten un intenso picor que les impulsa a rascarse con sus manitas y hacerse heridas (¡intenta mantener siempre sus uñas cortas!).
Estos brotes puntuales se intercalan con épocas sin apenas ningún tipo de síntoma en las que si bien el niño siempre tiene la piel más seca y sensible de lo normal, puede hacer cualquier actividad y por supuesto, acudir a sus clases de natación. Eso sí, ¡siempre mimando y cuidando su piel!
Pero también tenemos una buena noticia, aunque un 60% de los niños tendrán síntomas antes del año, solamente un 10% de ellos continuarán con la enfermedad más allá de los 7.
El cuidado de la piel
Como ya hemos dicho, el punto más importante para mantener la dermatitis a raya es realizar siempre un buen cuidado de la piel con productos respetuosos y específicos para prevenir los brotes. ¡Te contamos cómo!
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Los niños con dermatitis necesitan una buena hidratación diaria en las zonas sensibles, incluso dos o tres veces al día. La crema no debe contener alcohol, perfume ni otros ingredientes irritantes, del mismo modo que el gel para el baño. ¡Preferentemente con ph neutro o sin jabón!
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Cuánto más hidratada esté la piel del peque mejor, menos le picará, menos se rascará y por lo tanto menos brotes tendrá.
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Evita bañarlo en agua muy caliente, lo ideal es que esté entre los 25-32 grados (¡como en nuestra piscina!)
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Es mejor vestir al peque con ropa de algodón 100% para que respire la piel, ¡olvídate de sintéticos y lanas! Tampoco lo abrigues demasiado ya que el sudor empeora la dermatitis.
- No es aconsejable usar esponjas ni frotar la piel en la hora del baño, es mejor utilizar tus propias manos.
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Después del baño, tanto en casa como en la piscina, debes secar muy suavemente la piel del niño con toques suaves, sin frotar, y después aplicar una buena crema hidratante adecuada para ello.
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Las temperaturas extremas no son buenas, ¡así que ojo con la calefacción en casa! Mantenla en torno a los 20 grados.
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La natación es una de las mejores actividades físicas que pueden realizar tanto niños como adultos y el cuidado de la piel deben hacerlo todas las personas, tengan alguna afección en la piel o no.
El agua, el relax y la dermatitis
El estrés, además de algunos productos irritantes, es una de las razones principales de los brotes de dermatitis en niños y bebés. Mediante la natación el peque puede liberar energía y dormir mejor debido a las propiedades relajantes del agua.
¿Y si el niño tiene un brote?
A pesar de que la dermatitis no sea contagiosa de niño a niño, si el peque está en medio de un brote fuerte y presenta eczemas, ampollas o heridas, lo primero es acudir al pediatra y dejar el agua para otro día. ¡Su salud es lo primero y el próximo día lo cogerá con más ganas!
Cloración salina vs cloración química
La cloración salina utiliza directamente sal para eliminar eficazmente las bacterias de la piscina. A diferencia del cloro sintético utilizado habitualmente en las piscinas, la sal no irritará la piel ni los ojos, y no habrá productos químicos en contacto con los bebés y niños, motivo por el cual en Penguins apostamos por ella. El típico olor y sabor del cloro desaparecen, así como el tacto áspero que queda tras el baño en el pelo y la piel..
Además, la cloración salina se asemeja al agua de mar, cuyas propiedades están médicamente demostradas para reducir la inflamación y ayudar a curar muchas enfermedades de la piel como la dermatitis atópica, la rosácea, la psoriasis, el acné severo y el eczema. Y es que el agua salada tiene propiedades antibióticas y antisépticas que contribuyen a eliminar las concentraciones bacterianas que se pueden dar en estas conocidas afecciones de la piel.
Los minerales del agua salada como el magnesio y el zinc, ayudan a hidratar y nutrir la piel y poseen un efecto reparador. De hecho, en la época estival las personas con problemas cutáneos mejoran notablemente gracias a los baños salinos.
Por otro lado, gracias a la cloración salina también evitamos los gases tóxicos que se pueden producir con la manipulación de todos los agentes artificiales necesarios en el proceso de desinfección química, generando un ambiente más sano y limpio en la piscina. Algo especialmente importante cuando se trata de los más peques y del cuidado del entorno.
¿Te ha sido útil el artículo? ¡Si te apetece formar parte de la familia más pingüina puedes consultar nuestros horarios y clases aquí!
Equipo Penguins