Seguramente todos hemos escuchado alguna vez en una playa o piscina a algún pequeño llorar desconsoladamente cuando uno de sus padres lo metía en el agua sin apetecerle demasiado. Aunque parezca mentira esto ya puede ser un motivo suficiente para que el niño/a cree una aversión al agua. En ocasiones aparentemente no ocurre nada de esto y sin embargo nuestro hijo sigue mostrando señales de miedo y bloqueo a la hora de entrar en contacto con el agua. Son muchos los niños que pasan por este proceso y lo mejor que podemos hacer los padres es ofrecerles todo nuestro amor comprensión y paciencia. ¿Cómo ayudarle entonces a superar su miedo al agua?
Sin prisa pero sin pausa
Que el pequeño sienta nuestra comprensión y apoyo es fundamental para transmitirle confianza de igual manera que también lo es ayudarle a que de forma progresiva vaya entrando en contacto con el medio acuático. Es verdad que hay niños más atrevidos que otros y nunca se debe de forzar el ritmo de cada uno. Lo más importante es que cada niño comience su relación con el agua de forma natural respetando las etapas de maduración de cada uno.
Juego & Rapidez
El primer contacto del pequeño con el agua será crucial para el futuro por ello es importante enfocarlo de forma lúdica. Mojarle los piececitos en la playa de la piscina o jugar con sus juguetes en una pequeña piscina pueden ser los primeros pasos para conseguirlo.
Por otra parte, es igual de importante no retrasar demasiado su primer contacto con el agua. Muchos padres comienzan una actividad acuática con sus bebés a los seis meses pero esto no quiere decir que antes no puedas acercarlo a este medio. De hecho en piscinas adaptadas para bebés, como PENGUINS, muchos bebés empiezan incluso con 1 mes!
Un consejo muy efectivo es que durante la hora del baño en casa los padres jueguen con el pequeño para ir aportándole confianza en este medio.
¿Por qué los niños tienen miedo al agua?
Los motivos a mayores de los que comentamos en el primer párrafo pueden ser variados y en ocasiones se escapan a nuestra lógica. Según Julio Álvarez Pitti, secretario del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP), uno de los principales orígenes del miedo es porque es un medio desconocido. En una piscina el fondo puede verse muy profundo o en un playa el sonido y movimiento del oleaje pueden ser un motivo de susto para cualquier niño. No es necesario que un niño haya tenido una mala experiencia con el agua para sentir miedo sino que a veces por medio de un cuento o unos dibujos animados puede interpretar situaciones de forma errónea y llevarlo a sentir temor ante el agua.
6 Recomendaciones para ayudarles a superar su miedo al agua
1- Superando el miedo
Para cualquier padre/madre ver sufrir a sus hijos no es plato de buen gusto por lo que muchos optan por evitar el objeto del miedo, sin embargo, esta no es la opción más efectiva porque si bien se reducirá el miedo del pequeño a corto plazo, a largo plazo se mantendrá llegando incluso a hacerse más fuerte. Cuando evitamos algo para no pasarlo mal estamos enviando de forma inconsciente un refuerzo al cerebro sobre esta conducta, es decir, el problema no se soluciona se aplaza.
2- Dando ejemplo
El hecho de que nuestro pequeño vea cómo nos metemos en el agua sonriendo o cómo sus hermanos lo hacen y se divierten es un excelente ejemplo para animarlo a que él/ella también lo intente. Percibirá que es algo bueno y positivo para los demás por lo tanto también puede serlo para él.
3- Acercamiento progresivo
Cuando sentimos miedo por algo es importante acercarse a él pero poco a poco y no de forma súbita. No se debe forzar nunca al pequeño a hacer algo que no quiera y le produzca ansiedad. Esto incrementaría su percepción negativa sobre el medio. Quizás un día no quiera acercarse, otro día lo hará un poco más y poco a poco irá reduciendo la distancia hacia su miedo. Hay que respetar sus ritmos y no imponerlos.
4- Implicación activa de los padres
El primer contacto con el agua debe de ser de la mano de los padres. Ellos deben de estar muy cerquita del pequeño a poder ser piel con piel, con tranquilidad y sonriendo. Recordad que los humanos tenemos las neuronas espejo, por lo que las emociones se contagian. La mejor forma de generar confianza es cuando los bebés o niños/as sienten que el adulto acompañante está tranquilo.
5- Profesores y medios cualificados
El agua muy fría provoca rechazo, por tanto es importante en los primeros contactos que la temperatura y la pureza sea la adecuada. El papel de los profesores debe de ser de guía, orientando a las familias y motivando a los pequeños en sus avances con el medio.
6- Instalaciones adecuados
Si nuestro peque tiene miedo al agua, es importante acudir a piscinas que realmente estén diseñadas para los más peques. La mayoría de piscinas están pensadas para el adulto. El ruido, temperatura del agua e incluso medidas del vaso de la piscina son factores que no ayudan a que nuestro peque se sienta a gusto. Acudir a piscinas pequeñas, con temperatura de agua adecuada, espacios con poca profundidad, con acústica adecuada es la forma ideal de generarles confianza.
En Penguins tenemos una nueva forma de entender el agua y todos los beneficios que nos aporta, porque disfrutamos del placer de enseñar el deporte más completo y saludable que existe. Todas nuestras clases se desarrollan en grupos reducidos donde la conexión con el profesor es total, porque nos basamos métodos reconocidos que imparten profesores cualificados sabiendo transmitir a las familias, bebés y niños su pasión por el agua. Os aseguramos que en PENGUINS logramos que todos los niños/as superen su miedo al agua. Es más logramos que se enamoren del medio acuático y disfruten de todos los beneficios que les aporta el movimiento y deporte en el agua.