Que la natación es uno de los deportes más saludables y completos que existen es algo comúnmente conocido, sin embargo, todavía existe la creencia de que es una práctica exclusiva del verano ya que en estaciones frías como el invierno, puede resultar contraproducente para nuestra salud y la de los más pequeños.
En el artículo de hoy queremos derribar estos mitos que aún se siguen escuchando en nuestra sociedad acerca de si la piscina es o no recomendable en invierno para los niños. Seguramente habrás escuchado frases del tipo: “en invierno no llevo a mis hijos a la piscina para que no enfermen”, “si los llevas tendrán más resfriados”, “si tu niño es asmático es contraproducente”, etc. Pues bien, al contrario de lo que se suele pensar, que los niños acudan a la piscina en invierno es un hábito muy saludable que además potencia su sistema inmunitario evitando gripes, catarros y cualquier otra enfermedad.
Pulmones libres y oxigenados
Cuando un niño se mete en el agua, una de las primeras habilidades que adquiere es la de aprender a respirar de forma profunda. Esta acción promueve que el líquido cefalorraquídeo fluya a través del cuerpo contribuyendo a una mejor oxigenación global tanto en el cerebro como en la sangre. El resultado en los pequeños es una respiración y pulmones más limpios en los que será más difícil que el moco se instale, por lo que se reducen las posibilidades de infecciones respiratorias.
Y si mi hijo es asmático, ¿También es recomendable llevarlo a a piscina?
Por supuesto que sí. Algunos profesionales médicos desaconsejan la estancia prolongada de niños asmáticos en la piscina no porque esta vaya a empeorar su salud sino por la exposición al cloro y a otras sustancias irritantes que les podrían provocar un brote asmático. Es por tanto muy beneficioso acudir con estos niños a piscinas más naturales de agua salina, exentas de cloro y otras sustancias químicas como las que tenemos en Penguins (tratamos el agua con sal y rayos UV MP para que esté siempre sana y libre de cloro sintético.). Un medio acuático, respetuoso, cálido y húmedo es ideal para mejorar esta condición.
La piscina potencia su inmunidad y ahuyenta los catarros
En la era actual donde el estrés forma parte de nuestro día a día, también los más pequeños sufren sus consecuencias. El estrés es uno de los factores que más deteriora la capacidad del sistema inmunitario por lo que la piscina es una excelente técnica terapéutica. Relajando cuerpo y mente sus defensas estarán más activas protegiéndolo frente a virus o bacterias.
Reduce el riesgo de lesiones
Practicar deporte en un medio acuático todo el año reduce considerablemente las posibilidades de que tu hijo sufra una lesión articular o muscular como sí ocurre con otros tipos de actividades físicas. Además en el caso de los niños, contribuye al óptimo crecimiento de huesos y grupos musculares.
Según los últimos estudios pediátricos: “La natación en la infancia beneficia la salud del niño fortaleciendo su sistema cardiorespiratorio, psicomotor e inmunitario.”
Acudir con tu pequeño a la piscina todo el año refuerza el hábito deportivo de seguir nadando en un medio caliente aunque fuera haga mucho frío. Además los bebés se sienten como pez en el agua ya que su dificultad para moverse en un medio seco desaparece en la piscina potenciando su motricidad.
Algunos beneficios más:
- Mejora la psicomotricidad.
- Contribuye al desarrollo para sus habilidades de supervivencia.
- Entrena la resistencia, fuerza, velocidad y flexibilidad.
- Educación postural. La correcta alineación vertebral.
- Mejora las funciones cognitivas.
- Aumenta su autoestima, seguridad y autonomía.
Como ves, son muchas son las ventajas de llevar a tus niños a la piscina en invierno. En Penguins practicamos una nueva forma de entender el agua por todos los beneficios que nos aporta.
Alegría, diversión, socialización y mucho amor son los ingredientes clave para el bienestar físico y emocional de tu pequeño.
Os esperamos en nuestros centros de Barcelona o en las nuevas instalaciones de Sant Cugat