La hora de ir a dormir puede convertirse en una verdadera batalla cuando los pequeños tienen problemas para conciliar el sueño. Y es que el insomnio ocasional no solo es un problema de adultos, los niños a veces también tienen dificultades para dormir a pierna suelta. ¡Hoy en Penguins queremos darte algunos consejos que os ayudarán a ganar la pelea!
1. Establece una hora de acostarse según sus necesidades
Los niños en edad escolar necesitan dormir entre 9 y 11 horas cada noche, pero hay mucha variabilidad en las necesidades y los patrones de sueño de cada pequeño. Los más madrugadores se levantarán temprano, incluso si se acuestan más tarde, y un pequeño búho no se quedará dormido hasta que su cuerpo esté listo. Conoce y observa cuánto necesita dormir tu hijo para poder despertarse fresco y establece una hora adecuada para acostarse.
2. Establece un horario para levantarse
Si sabes cuánto necesita dormir tu hijo y a qué hora se va a la cama, con un simple cálculo matemático puedes establecer un horario para levantarse. Dejar que tu hijo duerma un poco más los fines de semana y los días festivos parece buena idea (¡y así pueden descansar más los papás!), pero puede prepararos para una larga noche de insomnio. Esas horas adicionales de sueño afectarán al niño , lo que hará más difícil que su cuerpo se sienta cansado por la noche. Intenta mantener el horario de acostarse y de despertarse, con variaciones de no más de una hora.
3. Crea una rutina relajante a la hora de dormir
Las rutinas son especialmente importantes para bebés, niños pequeños y niños en edad preescolar. Hacer cosas específicas antes de acostarse, como un baño o una hora de cuentos, le indica al peque lo que viene a continuación. Saber lo que sigue es reconfortante y relajante, y crea el ambiente perfecto para que los niños vayan a dormir.
4. Adiós a la televisión al menos dos horas antes de dormir
Está demostrado que la luz de una pantalla de televisión, teléfono o monitor de ordenador puede interferir con la producción de la hormona melatonina. La melatonina es una pieza importante de los ciclos de sueño-vigilia. Cuando los niveles de melatonina están en su nivel más alto, la mayoría de las personas tienen sueño y están listas para irse a la cama. Solo media hora de televisión u otro tiempo de pantalla antes de acostarse puede interrumpir el ciclo lo suficiente como para mantener al niño despierto hasta dos horas más. ¡Convierte el dormitorio en una zona sin pantallas!
5. ¡Estrés cero!
Otra hormona que desempeña un papel en el sueño es el cortisol, también conocido como la “hormona del estrés”. Cuando los niveles de cortisol son altos, el cuerpo del pequeño no puede apagarse y dormirse. Mantén la calma antes de ir a la cama, con luces bajas, poco ruido y un ambiente tranquilo en casa. Un poco de música de ambiente o el sonido de ruido blanco también pueden ayudar.
6. Mantén un ambiente fresco en el dormitorio
El ciclo de sueño de tu hijo no depende solo de la luz (o la falta de ella), también es sensible a la temperatura. Los niveles de melatonina ayudan a regular la caída de la temperatura corporal interna que necesitan los niños para dormir, pero los papás pueden ayudar a regular la temperatura externa. No envuelvas al niño demasiado ni pongas la calefacción demasiado alta. La temperatura ambiente o incluso un poco fresca es mejor para promover un sueño profundo.
7. Ahuyenta sus temores
Si el pequeño tiene miedo a la oscuridad puedes comprar un juguete especial para hacer “guardia por la noche”, una lampara infantil quitamiedos, pegatinas que brillan en la noche, un peluche que no le dejará solo o rociar la habitación con un “spray anti-monstruos” antes de ir a la cama. Utiliza tu creatividad y la fantasía para convertir la habitación del pequeño en el lugar más seguro del mundo.
8. Enfocarse en la calma
Al igual que los adultos, los niños pueden tener problemas para desconectar la mente durante la noche. En lugar de aumentar esa ansiedad insistiendo en que es hora de dormir, intenta enfocarte más en la idea de relajación y calma.
9. Realizar actividad durante el día
Cuando los niños han quemado energía terminan agotados y descansan mejor durante la noche. Pasar tiempo en el parque jugando con sus amigos y realizar algún deporte dos o tres veces por semana le ayudará a descargar esas pilas que parecen no acabarse nunca. Como hemos hablado en más de una ocasión la natación y el agua son una estupenda combinación para favorecer un mejor descanso de los bebés y niños, entre otros muchos beneficios.
¿Te ha resultado útil el artículo?, ¿vas a poner alguna de nuestras ideas en práctica? Si te apetece conocer nuestras clases de natación para ayudar con esa energía extra de tu peque (¡y además convertirlo en un gran nadador!), puedes hacerlo aquí.
Equipo Penguins